Esta historia va dirigida a aquellas personas a las que les gusta el fútbol.
Mis aproximadamente 30 años de experiencia como profesor y maestro especialista en Educación Física y como entrenador de fútbol, en categorías desde alevín hasta regional, me han hecho llegar a la conclusión de que el fútbol se encuentra mal.
Por el poco espectáculo deportivo que se está ofreciendo, en líneas generales, en la actualidad; por las grandes cantidades de dinero que se están gastando, a nivel profesional, y por los graves problemas económicos que están pasando la mayoría de los clubes regionales o de base; por los casos de violencia que se están sucediendo últimamente, tanto a nivel profesional como amateur; por muchas más razones que ahora no viene a cuento citar.
La sociedad en general se está planteando de qué manera intentar resolverlos, sobre todo, aquello relacionado con la violencia. A mí se me ocurrió que podía aportar mi pequeño granito de arena. Y lo he hecho a través de la elaboración de un cuento que he titulado “El cuento de Fútbol”.
Va dirigido, principalmente, a los niños y niñas que juegan y les gusta el fútbol, pues por ello lo he realizado en formato cuento. Pero también, indirectamente, a los entrenadores, árbitros, padres/madres/familiares, directivos, aficionados; en definitiva, a todas aquellas personas amantes del fútbol.
Si la lectura del cuento diera lugar a que una sola persona recondujera adecuadamente su manera de pensar respecto al fin último de este precioso deporte, me daría por absolutamente satisfecho.
En el caso de que guste, y dado que a los niños y niñas, a través de estos medios digitales y por diversas razones, probablemente les costará más acceder a la lectura del cuento, les rogaría a los padres, entrenadores, directivos que, de alguna manera, les facilitaran el acceso al mismo. También, y sin que ello signifique pecar de presuntuoso, entiendo que las redes sociales son una plataforma ideal para hacer que el cuento rule, que llegue a muchas más personas, compartiéndolo con ellas.
Me gustaría terminar agradeciéndoles que hayan dedicado unos minutos al cuento, incluso si no les ha gustado, y dejando claro que se trata, simplemente, de mi modesta aportación y de mi humilde punto de vista.
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