La Federación de Judo de Gran Canaria, fuera de control
Fuente; Técnicos Judo Canario.- La Insular da ‘palos de ciego’ y anuncia una reunión con los clubes con tan sólo 24 horas de antelación. Entre las propuestas; pagar 10 euros por competición a cada deportista que realice labores de montaje y desmontaje, así como de vigilancia de los accesos al torneo y plantea la posibilidad de que esto sirva para puntuar en los exámenes de cintos negros.
Islas Canarias – 13/02/2014. La Federación Insular de Judo y Deportes Asociados de Gran Canaria ha dado un nuevo giro de tuerca al problema de las normativas de organización y arbitraje que les tienen enfrentados con los clubes. La Insular ha convocado, mediante correo electrónico, enviado el pasado miércoles a las 19.30, una reunión para este jueves, a celebrar, a las 21.00 horas en el Estadio de Gran Canaria. Al organizar una reunión tan importante, con tan sólo 24 horas de margen, la federación ha vuelto a generar la sensación de que la improvisación es la que guía sus acciones.
La reunión ha sido anunciada a través de un comunicado que incluía diez puntos, a tratar en dicho encuentro con los clubes. La circular, firmada por Ignacio Apestegui, presidente de la Comisión de Arbitraje (de la que se desconoce la identidad del resto de sus miembros) ha vuelto a herir la sensibilidad de los judokas grancanarios. Entre las propuestas; pagar 10 euros por competición a cada deportista que realice labores de montaje y desmontaje, así como de vigilancia de los accesos al torneo, entre otras ocupaciones, y plantea la posibilidad de que esto sirva para puntuar en los exámenes de cintos negros. La polémica está servida.
ESTRATEGIA EQUIVOCADA. Una presidencia y una dirección técnica con las mismas personas al frente, durante los últimos 16 años, han terminado por agotar la paciencia de los deportistas grancanarios. El descubrimiento de las presuntas irregularidades del proceso electoral de 2010 marcaron un punto de inflexión. La junta directiva de la Federación de Gran Canaria ha estado quemando etapas a marchas forzadas y sin pararse a reflexionar sobre lo que esta sucediendo. Los afiliados no colaboran porque no comulgan con sus métodos y no les consideran válidos para seguir al frente de la federación depués de más de tres lustros de gestión federativa. El evidente distanciamiento entre los clubes grancanarios y los respresentates federativos motivó que la Insular tratara de imponer nuevas reglas restrictivas para tratar de paliar sus carencias organizativas.
Primero fueron las polémicas y autoritarias circulares de arbitraje que dictaban una sanción de 50 euros por cada árbitro que no presentase un club, así como la prohibición de que los delegados pudieron estar presentes en el pesaje oficial. Cuestionados, por escrito, sobre cuáles eran las normativas sobre las que se basaban estas directrices, el silencio ha sido la respuesta hasta el momento.
Al percatarse de que la advertencia de la sanción de 50 euros no tenía efecto, la Junta Directiva de la Insular tomó la decisión de imponer, por decreto, la obligación de acudir a arbitrar y a montar y demontar las competiciones, bajo pena de no dejar participar a los clubes en las actividades oficiales. Esto irritó de manera definitiva a clubes y deportistas que acabaron declarándose en rebeldía y eso forzó a la Federación a dar marcha atrás en sus controvertidas pretensiones y suspender las nuevas normativas.
El siguiente paso improvisado de la Federación de Gran Canaria que preside Domingo Afonso, fue convocar una reunión, el pasado día 7 de febrero, a pie de pista, en la Ciudad Deportiva de Gran Canaria, a la que no acudió ni el presidente ni su junta directiva. La impresión de fragilidad de la estructura federativa dejó insatisfechos a los clubes participantes. Este jueves se escenificará un nuevo acto que se desarrollara en el Estadio de Gran Canaria tras una apurada convocatoria con tan sólo 24 horas de margen.
ESTO NO ES ARBITRAJE. De los diez puntos a tratar, incluidos en el comunicado de la reunión, tan sólo los dos últimos hacen referencia al arbitraje. Por alguna razón desconocida, el presidente Domingo Afonso, y su Junta Directiva (que son quienes han avalado todas las anteriores controvertidas normativas que se han publicado) han decidido dejar sólo a Ignacio Apestegui (persona que no dispone de titulación docente o de arbitraje de judo) ante las críticas de los clubes. Apestegui, como presidente de la Comisión de Arbitraje no tiene ninguna responsabilidad ni capacidad de decisión sobre las cuestiones de vigilancia, montaje y desmontaje de una competición. Esto es algo que compete exclusivamente al director de competición, Alejandro Doblado, pero que por alguna razón se resiste a figurar y avalar con su firma lo expuesto sobre procedimientos de organización de las últimas circulares emitidas por la Insular.
Ocho de los puntos a tratar son cuestiones relativas a la organización de la competición, sin nada que ver con el arbitraje. Resulta cuanto menos anécdotico comprobar como el presidente de la comisión de arbitraje indica en dicha circular que los deportistas que participen en el montaje y desmontaje tendrán que estar a disposición del director de competición, cuando nada de eso tiene que ver con el arbitraje y por lo tanto está fuera de su jurisdicción como representante de la comisión de arbitraje de la Insular.
LOS ‘MINIJOBS’ DE LA INSULAR, A 2.5 EUROS LA HORA. Aunque resulta evidente, hay que recordar que ningún deportista, de ninguna modalidad deportiva, puede tener condicionada su participación en una actividad federada, al hecho de que realice, entre otras, labores de montaje, desmontaje y vigilancia. Ni en la Ley Canaria del Deporte, ni en los Estatutos de la Federación Canaria de Judo se indican que cuando una persona se federa, contrae la obligación de trabajar para la federación.
Los ocho primeros puntos o propuestas de la circular hacen referencia, en líneas generales a la creación de una ‘bolsa’ de ‘colaboradores voluntarios’. A dicha ‘bolsa’ podrán pertenecer los deportistas mayores de 16 años con licencia en vigor, teniendo en cuenta que los menores de 18 deberán aportar autorización de su padres. Estos deportistas, ahora denominados ‘ayudantes de competición’ serán convocados para realizar diversas labores: control de
acceso de entrada al recinto y zonas reservadas; despejar y montar la zona de competición; asignar credenciales; control del avituallamiento deportistas, así como comunicar las incidencias al director de competición, Alejandro Doblado. El comunicado indica que los deportistas se “pondrán a disposición del director de competición una hora y media antes del comienzo de la competición”. La circular añade, que “como compensación por la colaboración en el ámbito deportivo se le gratificara con 10 euros”.
Para los deportistas las cuentas están claras: si hay que estar 1 hora y media antes, si a eso se le añade que la competición puede durar otra hora y media y luego hay que recoger y desmontar, se podría decir que todo finalizaría en cuatro horas. Los diez euros se repartirían a 2.5 euros la hora de trabajo realizado (si la competición durase más, la cantidad disminuiría). El mismo colectivo de padres que siguen esperando la respuesta, al escrito de Protocolo de Transparencia y Buen Gobierno presentado el 7 de junio de 2012, por parte de Domingo Afonso, no dudan a la hora de señalar que no sería lógico que ellos firmaran un documento que autorice un presunto formato de explotación hacía los menores.
DESVALORIZANDO EL CINTURÓN NEGRO. Los valores del judo y la importancia y el respeto que se le considera a la posesión del cinturón negro, viene siendo adulterada durante los últimos años en Canarias. La Gala del 130 Aniversario del Kodokan, de 2012, fue un claro ejemplo, donde no se realizaron las habituales y reglamentarias pruebas técnicas individuales y resultó una entrega masiva de danes. O el examen improvisado, el pasado 2013 para que determinados deportistas pudieran obtener el cinturón negro que les facilitara el correspondiente acceso al único curso de técnico deportivo que ha organizado la Federación Canaria en 16 años de periodo transitorio.
Estas circunstancias, entre otras, han contribuido a la desvalorización del Dan. El punto octavo del comunicado indica que “está en estudio la propuesta de otorgar a los colaboradores integrantes en la lista de ayudantes de competición, un número determinado de puntos en la fase de competición para examen de cinturón negro”. El hecho de plantear que cargar colchonetas y vigilar la entrada al recinto sea considerado como un mérito a tener en cuenta para la obtención de un cinturón de negro de judo o deportes asociados, ha dejado estupefacto a un colectivo que ve como los valores y la imagen de su disciplina se hunden en un abismo.
ASAMBLEA FANTASMA. La Federación de Gran Canaria se ha destacado, durante los últimos tres años, por no responder a las peticiones de información presentadas por clubes, deportistas o padres, ya sea presencialmente o por vía burofax. No se responde a nada, lo que unido a la ausencia de información sobre los ámbitos administrativos, financieros, presupuestarios y deportivos de la Insular han generado un clima de desconfianza que tuvo su punto más álgido, tras la controvertida Asamblea General de 2013.
El pasado día 30 de abril de 2013, el presidente Domingo Afonso convocó la Asamblea General, que está, reglamentariamente, conformada por 30 miembros repartidos en los cuatro estamentos federativos (clubes, deportistas, técnicos y árbitros) y durante la que, entre otras cuestiones, se debía de aprobar; el estado de cuentas del año 2012, el presupuesto de 2013, el calendario deportivo y la aprobación de los precios, tasas y derechos federativos que luego se le deben aplicar y cobrar a todos los afiliados. Cuestiones todas vitales para el correcto desarrollo de la federación y que influyen de manera importante en el devenir de toda una temporada deportiva.
A la importántisima reunión tan sólo acudieron cinco asambleístas de los 30 que componen la Asamblea de la Insular de Gran Canaria; 2 representantes del estamento de Clubes, 1 del de Deportistas, 1 de Técnicos y 1 de Entrenadores. Las restantes 25 personas, o sea el 83 por ciento de la Asamblea, no apareció. Lo más probable es que alguno de los presentes acudiera con votos delegados de algunos de los veinticinco asambleístas ausentes. Este panorama ha terminado por desgastar al colectivo que se siente ninguneado por sus representantes.